1) El Renacimiento.
Hasta llegar el siglo XVI las diferentes civilizaciones
artísticas de Occidente se habían sucedido sin
sobresalto. En siglo XV, Gótico y Renacimiento
habían vivido uno al lado del otro, en buena forma. Pero,
a partir de del siglo XVI, el arte occidental
se dividirá en fuerzas contradictorias que esconden
ideologías diferentes.
Dos figuras vienen a encarnar las ideologías
opuestas: Erasmo y Lutero, el humanista y el profeta, el
conciliador y el revolucionario. Erasmo sueña con hacer
entrar el Panteón en el Paraíso. No viendo sino lo
que las cosas tienen de común, lo intenta todo por salvar
la unidad espiritual de Europa. Lutero el hombre
sediento de Dios, resucita del viejo fondo de la Edad Media la imagen del hombre
débil, el hombre
gimiente bajo el destino pecador que le impone un Dios
terrible.
Italia se encontraba dividida por estas dos fuerzas.
Sobre una base intelectual en Roma y sensible
en Venecia, Rafael y Tiziano definen las leyes del
clasicismo, que subordina el conjunto de la obra al equilibriode
todas sus partes entre sí, lo que hace que se
atenúen los rasgos y la expresión, nace de esta
ruptura de equilibrio una
desesperación que atormenta los cuerpos y asombrece los
rostros. Tales exigencias de la expresión, sabrá
mantenerlas Miguel Angel dentro de los limites de la
belleza, y ahí radica su milagro.
De la confusa mezcla del clasicismo con el barroquismo,
nace en Italia una crisis
conocida bajo el nombre de "manierismo". Salvo la escuela
veneciana, las demás escuelas quedaran afectadas por esta
crisis,
conduce a los artistas a la extravagancia en los gestos y las
expresiones, al alargamiento desmesurado de las proporciones y a
las contorciones en las actitudes.
Sin embargo el prestigio de Roma impuso
el Renacimiento,
y Europa se hallaba
en un dilema, que era esquivar los temibles modelos de
Miguel Angel, Rafael o Leonardo ya que se esta imponiendo el
italianismo, es decir con el manierismo se estaba desplazando al
gótico flamígero. Esta crisis
favoreció a la proliferación del manierismo en
Amsterdam (Países Bajos), Leyden (Holanda), Amberes
(Bélgica), Fontainebleau (Francia),
Basilea (Suiza), en el Danubio y en la Península
Ibérica.
Apenas asimilado el Renacimiento,
Europa en una
revisión general de los valores,
hallara una madurez definitiva que, tras una nueva crisis de
crecimiento, permitirá que el siglo XVII, se pueda
convertir en el siglo de oro europeo.
Este movimiento que
tiende a crear un nuevo humanismo
cristiano, pertenece precisamente al siglo XVI, durante este
extraordinario siglo se incubo un mundo de ideas, de formas y de
sentimientos contradictorios.
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