4) El Antropocentismo.
El antropocentrismo es la doctrina que, en el plano de la epistemología sitúa al ser humano como medida de todas las cosas, y el de la ética defiende que los intereses de los seres humanos es aquello que debe
recibir atención moral por encima de cualquier otra cosa. Así la naturaleza, su condición y su bienestar -entendidos como distintos y peculiares en relación a
otros seres vivos- serían los únicos principios de juicio según los que
deben evaluarse los demás seres y en general la organización del mundo
en su conjunto. Igualmente, cualquier preocupación moral por cualquier
otro ser debe ser subordinada a la que se debe manifestar por los seres
humanos. El antropocentrismo surge a principios del siglo XVI, entrando
ya a la Edad Moderna, y reemplaza al teocentrismo.
El término ha sido aplicado en modos distintos. Por una parte, ha sido empleado en la historiografía, en la cual es un lugar común calificar de antropocéntrico a la cultura renacentista y moderna, en contraposición con el pretendido teocentrismo del Medioevo. La transición de la cultura medieval a la moderna se concibe con frecuencia como un tránsito de una perspectiva filosófica y cultural centrada en el Dios
judeocristiano a una centrada en el hombre— aunque este modelo ha sido
reiteradamente cuestionado por numerosos autores que han intentado
mostrar la continuidad entre la perspectiva medieval y la renacentista.
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